Fui al médico de familia para que me diera una pastilla,
pues quería hacer un experimento, y resulta que me tocó uno bien meticuloso y
concienzudo. Enseguida me preguntó si hacía tiempo que no me hacía análisis y,
claro, asentí con la cabeza pensando “ya me ha pillado” (lo menos hace 8 años).
Para resumir, me mandó análisis de sangre y orina, entre
otras cosas, y hoy he ido a recoger los resultados… me dice que los tenía
estudiados y que eran PERFECTOS ¡nada fuera de su sitio!! (Cada vez que voy a
ver a este hombre, me habría gustado que me hubieran hecho una foto para verme
la cara de pasmo que se me queda). Como poco, esperaba la eterna y consabida
anemia de toda la vida, pero ¡ni eso!! A continuación, me pregunta por la
menopausia (pa’chasco), y le digo que sí, que hace lo menos año y medio que ya
no tengo la regla, pero de la menopausia no tengo noticias… y me comenta que es
una suerte, o que, en realidad, “no saben” porqué la mujer occidental la sufre
tanto y, en cambio, en otras culturas (la china) ni siquiera la notan, y en
otras, como la India, lo toman como un estado superior...
Le explico que, para mi opinión, sí que hay mucha presión
social, que a mí me vienen anticipando los terribles efectos de la menopausia
(todo se lo adjudican, incluso ¡una caries!) lo menos desde hace 15 años. En
cambio, yo me lo tomo como un paso completamente natural, mi cuerpo sí va
envejeciendo (algo se nota), pero yo voy en otra onda, me considero un espíritu
eternamente joven, y así actúo.
También noto que la soja y sus derivados me van de fábula (tofu,
etc… A los chicos no les va tan bien,
incluso no muy bien, debe ser cuestión hormonal). Sobre los mitos negativos, nada que ver: si la soja es
orgánica o bio, por definición, no es transgénica. Por lo demás, apenas
tomo, de tarde en tarde, alguna perla de onagra o de isoflavonas, borraja, etc… ni siquiera tomo casi complementos nutricionales.
Entonces, me preguntó si era vegetariana y le dije que sí,
pero ovo-lacto-vegetariana, nada de radicalismos. Me dijo que vale, que bien,
pero que se necesitaba carne para la vitamina B12, lo cual, no estoy de
acuerdo, pues va en los huevos, espirulina, en la levadura de cerveza... Ya me vio
la cara de que pasaba de ese tema (aborrezco la carne desde que, de pequeña, me
la hacían comer a la fuerza).
Total que, ahora me replanteo si, pasando largamente de la
mitad del siglo, en plena menopausia ausente y vegetariana total… va a ser
cuando es la primera vez, en mi vida ¡que no tengo anemia!!!
Es más, cuando comía la tan imprescindible carne (¿?) tenía
unos niveles altos de ácido úrico, por lo tanto, dolor de rodillas, o de huesos
en general, caídas de tensión, anemia, a veces muy marcada, acideces,
digestiones lentas y pesadísimas, etc…
Llego a la conclusión de que, cuanto más vivimos acordes a
la naturaleza y a uno mismo, todo se regula de por sí.
Para mí, a estas alturas de la vida, estos análisis son un
auténtico triunfo sobre las imposiciones de una sociedad, a veces, muy alejada
de los valores reales y naturales.
Y así lo quiero compartir contigo:
¡Sé siempre fiel a ti mism@!
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