Todos hemos de aprender a amar y a ser amados incondicionalmente.
No se puede sanar al mundo sin sanarse primero a sí mismo.
Nadie muere solo.
Todos somos amados con un amor que trasciende la comprensión.
Todos somos bendecidos y guiados.
La lección más difícil de aprender es el amor incondicional.
El amor sabe decir NO a sus propias necesidades.
Nuestro hoy depende de nuestro ayer y nuestro mañana depende de nuestro hoy.
¿te has amado hoy? ¿has admirado y agradecido a las flores, apreciado los pájaros y contemplado el mar, las montañas invadido por un sentimiento de reverencia y respeto?
Es muy importante que hagáis lo que de verdad os importe... sólo así podréis bendecir la vida cuando la muerte esté cerca.
Os daréis cuenta de que erais vosotros mismos vuestros peores enemigos, puesto que en el túnel debéis reprocharos el haber dejado pasar tantas oportunidades para crecer.
Cada uno de nosotros puede convertirse en un monstruo nazi, pero de
igual manera cada uno tiene la oportunidad de llegar a ser la
Madre Teresa de Calcuta.
El sentido del sufrimiento es éste: todo sufrimiento genera crecimiento.
Nada de lo que nos ocurre es negativo, absolutamente nada.
Todos los sufrimientos y pruebas, incluso las pérdidas más importantes,
son siempre regalos.
Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la Tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa. Llegado el momento, podemos marcharnos y vernos libres del dolor, de los temores y preocupaciones; libres como una bellísima mariposa, y regresamos a nuestro hogar, a Dios.
(De una carta a un niño enfermo de cáncer)
Lo único que, a mi juicio, sana verdaderamente es el amor incondicional.
No existen las casualidades en la vida.
La adversidad sólo nos hace más fuertes.
LA MUERTE NO EXISTE.
Siempre me preguntan cómo es la muerte. Contesto que es maravillosa. Es lo más fácil que vamos a hacer jamás.
La vida es como ir a la escuela: recibimos muchas lecciones. Cuanto más aprendemos, más difíciles se ponen las lecciones.
Durante toda la vida se nos ofrecen pistas que nos recuerdan la dirección que debemos seguir. Si no prestamos atención, tomamos malas decisiones y acabamos con una vida desgraciada. Si ponemos atención aprendemos las lecciones y llevamos una vida plena y feliz, que incluye una buena muerte.
El mayor regalo que nos ha hecho Dios es el libre albedrío, que coloca sobre nuestros hombros la responsabilidad de adoptar las mejores resoluciones posibles.
Es posible que no obtengamos lo que deseamos pero Dios siempre nos da lo que necesitamos.
El conocimiento sólo no va a sanar a nadie. Si no se usa la cabeza, el alma y el corazón no se puede contribuir a sanar ni a un solo ser humano.
(Sobre la muerte de su padre)
Había sido un gran hombre pero ya no estaba allí. Aquello que habia conformado el ser de mi padre, la energía, el espíritu y la mente ya no estaba. Su alma había salido volando de su cuerpo físico. Yo estaba segura de que su padre lo había guiado directo al cielo, donde ciertamente estaba envuelto en el amor incondicional de Dios.
No es necesario tener un guru ni un consejero para crecer. Los maestros se presentan en todas las formas y con toda clase de disfraces: niños, enfermos terminales, una mujer de la limpieza... todas las teorías y toda la ciencia del mundo no pueden ayudar a nadie tanto como un ser humano que no teme abrir su corazón a otro.
Vive de tal forma que, al mirar hacia atrás, no lamentes haber desperdiciado la existencia. Vive de tal forma que no lamentes las cosas que has hecho ni desees haber actuado de otra manera. Vive con sinceridad y plenamente ¡vive, hasta morir!
En esos momentos críticos uno puede quedarse en la negatividad y buscar a quién culpar, o puede elegir sanar y continuar amando.
Párrafos extraídos de su libro autobriográfico "la rueda de la vida"
1 comentario:
Me encanta la doctora Kübler, he leído casi todos los libros de ella, y ahora con la muerte de mi hermano la recuerdo mas. EL homenaje lo estoy haciendo con sus frases. Dios la tenga en su gloria.
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