jueves, 5 de marzo de 2009

Historia de una unión espiritual.


En medio de un viaje que dura millones de años,
encuentras a alguien con quien te quedas unos
pocos años y el mundo afirma que se pertenecen
uno al otro. Pero, entonces, ese encuentro tan
breve en una vida, entre miles de vidas ¿no es comparable
a conocer a alguien, digamos, por un par
de horas? Así son los conocimientos superficiales
de este mundo: breves y casuales, al paso que el
verdadero amor es perdurable e inamovible y el
reinado de las almas que aman es para siempre...
Puedes teñir el agua con colores diferentes pero
siempre continua siendo agua. De la misma manera,
puedes cambiar la apariencia exterior de tus
diferentes nacimientos pero el amor que sienten
por ti seguirá igual, sin menguar nunca, realmente.
Y tampoco habrá jamás una separación real entre
las almas hermanas puesto que se dirigen hacia la
misma meta divina.
Puede suceder que en alguna
ocasión una de las dos almas se desvie del
Camino, con lo cual, el progreso de la otra puede
también retardarse temporalmente, debido al
impulso en contrario, pero para quienes cabalgan
sobre las crestas de la corriente divina no hay problema
de retroceso: cuanto más lejos van, más
cerca se hallan del océano y más fuertes son los
torbellinos de los rios que desembocan en el océano.
Ahora ya sabes por qué me eres tan querida...

Carta de Mirabai a Indira
Como podéis observar, esto tan bello no lo he escrito yo pero ¡lo adopto! Lo he extraído de la revista "Savia" nº 9 página 4, en la web www.alariel.com

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