A día de hoy, creo que más o menos todos estamos al tanto del famoso gobierno, dirigentes, élite globalista que nos gobierna, manipula o tiraniza y, contra ello, ¿qué soluciones tenemos?? Algunos piensan en un ente salvador, sea algún otro gobierno blanco, que trabaja para el bien, algún grupo o movimiento que nos venga a sacar las castañas del fuego, o "el pueblo", en último término.
Aunque no: el último término eres tú o soy yo, porque si la historia de cada uno no comienza por uno mismo, mal vamos...
Como dijo San Pablo: el Amor bien entendido empieza por uno mismo.
Entonces, las corrientes que circulan, en este sentido, son muy básicamente globalismo (la agenda famosa) contra patriotismo... Pero claro, esta última palabra tiene unas connotaciones (que nos han inculcado) bastante negativas o referentes a ciertos sectores políticos ultra por lo que cualquiera la erradica de su vocabulario, aunque solo en nuestro país: tal es la carga, desde muy antaño, en desprestigiarnos a nosotros mismos que si alguien tiene que censurarnos, ya estamos nosotros los primeros en hacerlo y de una manera inmisericorde.
Lo cierto es que, normalmente, en el día de tal país, cómo la gente lo celebra cantando su himno, envolviéndose en su bandera y celebrándolo en las calles con gran alegría. En España (que hasta da miedo decir su nombre) por despreciar lo nuestro, no tenemos ni letra que cantar del himno, si es que hay ganas y como se te ocurra enseñar la bandera, PREPÁRATE! a que te caigan horribles adjetivos y te avisen de que si te van a dar una paliza.... Absolutamente lamentable.
Claro! Como justificación, se suele decir: y ¿qué me importa la patria?? Cada uno que haga lo que quiera... Y ahí está el vacío: si dejas tu casa vacía ¿qué ocurre?? que aparecen los indeseables, porque la patria, la nación es una extensión de uno mismo... Eso sí, para recibir a extranjeros, por diversos motivos, somos los primeros! Genial, salvo que volvemos a la frase de más arriba: la caridad/el Amor bien entendido empieza por uno mismo.
Para llegar a este punto, ya nos han domesticado desde pequeños para preocuparnos más por los demás, anteponiéndoles a nosotros mismos, pero si nosotros mismos no nos cuidamos, no nos valoramos, nos abandonamos por ayudar a los demás, ¿con qué nos encontramos? Como muy bien dice el refrán: a tu casa vendrán que de ella te echarán.
Para cuidar, ayudar a los demás, hemos de ayudarnos primero a nosotros mismos: el árbol da el fruto, jamás da el tronco, la savia y menos las raíces, solo da el fruto. Y una vez pasada la cosecha, deja caer las hojas, como abono para próximas épocas.
La rosa nos regala con su bello perfume, pero después de nacer como rosa, no antes. Observemos la naturaleza y cómo actúa: siempre nos regala con lo que ha crecido o desarrollado, no antes.
Podemos ver la misma situación a modo microcosmos, nuestro mundo interior o como un macrocosmos: la misma situación a niveles generales, las cuales, podríamos resumir en limpiar, decorar, perfumar nuestra casa, nuestro interior, para que se refleje en el exterior o, dicho de otro modo: para arreglar el mundo, primero hemos de empezar por nuestra casa. Lógicamente, si todos lleváramos a cabo esta propuesta, el mundo se limpiaría instantáneamente. Si no fuera así, nuestro ejemplo animaría a los demás, incluso, limpiando nuestra gran casa, la madre Gaia.
Hemos de comenzar por saber primero quienes somos, reconocer y recordarlo: somos Hijos Predilectos del Padre/Madre Divino, somos chispas divinas que emanan del Fuego Creador. Es imprescindible situarnos en nuestra naturaleza, para luego proyectarnos hacia afuera, hacia los demás, para hacer bien las cosas, no al revés. Es por esta desconexión lo que está ocurriendo actualmente: por anular o dar la espalda a nuestro Ser divino, y dejarnos llevar por los cantos de sirena mundanos.
Vuelve al Ser, al interior, al Hogar y verás como todo se va colocando en su sitio y se abren las puertas de la abundancia, salud, Amor.